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Los orígenes

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El Real Zaragoza se fundó en 1932, pero el fútbol ya tenía un poso importante en la ciudad desde inicios del siglo con el nacimiento de diversos equipos.

El 24 de marzo de 1917 se fundó el Iberia Sport Club a partir de alumnos y exalumnos del colegio El Salvador, vistiendo con unas llamativas rayas negras y amarillas, mientras que su rival de la época, los ‘tomates’ del Stadium, fueron absorbiendo a otras entidades hasta convertirse en la Real Sociedad Atlética Stadium, adquiriendo tan prestigioso título a través del Rey de España, Alfonso XII.

Los equipos disputaban campeonatos regionales sin recorrer excesivas distancias, torneos en los que destacó el Iberia venciendo en varias ocasiones. Sin embargo, algo comenzó a cambiar con la entrada de los años 20, momento clave para la profesionalización del fútbol en España; la selección consigue la plata en los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920, el balompié comienza a copar más páginas de los periódicos y algunos futbolistas se convierten en una imagen pública reconocida por toda la sociedad.

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Pese a que Zaragoza no gozaba de un equipo de importancia nacional mayúscula, se efectuaron trabajos y negociaciones para llevar el fútbol a la ciudad, hallando su cénit en la Copa del Rey de 1927, un título cuya fase final se jugó íntegra en la capital aragonesa: una semifinal por la mañana en el Torrero del Iberia y la otra semifinal por la tarde en la Torre Bruil del Zaragoza, que ya era la absorción de equipos como el Stadium y Fuenclara. La final se disputaría en Torrero, testigo de la victoria del Real Unión ante el Arenas de Getxo.

Esta evolución llevó a la celebración de la primera edición de liga española correspondiente a la temporada 1928/29. En aquel momento, los equipos fuertes de la ciudad aragonesa eran el Iberia, el Zaragoza y el Patria Aragón. De las tres entidades, son los avispas los que juegan en la segunda división de la época, rozando con los dedos el ascenso a la élite en repetidas ocasiones sin éxito. Finalmente, y tras una mala temporada, el Iberia se ve relegado a la tercera división, lo que le dejaba en una situación económica complicada.

El Patria se había desvanecido entre bastidores, mientras que el Zaragoza, muy debilitado, se había disuelto a finales de 1931. Solo perduraba el Iberia, pero su futuro también pendía de un hilo muy fino. Ante la escabrosa situación deportiva de la ciudad, se llegó a la conclusión de que solamente un equipo debía abanderar a la ciudad por los terrenos de juego nacionales, abandonando desavenencias históricas entre los directivos de los diversos equipos locales.

Finalmente, el Iberia también se disuelve oficialmente el 18 de marzo de 1932, atestiguando a su vez el nacimiento del Real Zaragoza actual con las reminiscencias avispas y del Zaragoza tomate. El 15 de marzo se había redactado el acta fundacional de la nueva entidad, la cual terminó siendo firmada tres días después por 10 dirigentes: José María Gayarre, Antonio Hormigón, Juan Briz, José Torregrosa, Liberto Herrero, Luis Ferrer, Julián López, Antonio Sánchez, José María Muniesa y Luis Gayarre.

José María Gayarre, procedente del Iberia, sería el primer presidente de la historia del Real Zaragoza, primero como interino y posteriormente como fijo. Como técnico se decidió un ex-defensor del Iberia, Elías Sauca, quien ejerció de entrenador-jugador hasta final de temporada. 

Se jugaron diez partidos de carácter amistoso hasta junio de 1932, siendo el primero ante el Valladolid. Los once blanquillos que saltaron al césped en la usual formación de 2-3-5 de la época en un histórico 20 de marzo fueron los siguientes:

Osés; C. Chacártegui, J. Chacártegui; Epelde, Salas, Orcolaga; Zorrozúa, Tomás, Rolloso, Almandoz, Anduíza.

Rolloso tuvo el honor de anotar el primer tanto de los cuatro de aquella jornada, pasando a los anales de la historia zaragocista. El león estaba para quedarse.